viernes, 31 de diciembre de 2010

Gentleman demodé


Visto terno de la bbc,
como un gentleman inglés
para las ocasiones de interés:
bodas, bautizos y congresos,
de gris marengo y entretiempo;
la corbata encarnada
se la guindé al suegro,
aburrida de llegarle al cuello
con tanto recuerdo anudada;
de camisa, la prefiero blanca,
con olor a recién planchada;
calzo ligero tacón,
en zapato negro o marrón
de cordones en igual color,
embutido en negro calcetín
para que no cante a cornetín.


Salgo de mañana animado
tras una ducha con vapor,
ligeramente perfumado y atusado,
dispuesto a sonreír educado
con el más amable de mis estados;
saludo y proclamo cortés:
buenos días, buenas tardes,
buenas noches tenga usted
vecino taimado,
amigo renegado
o concejal tarado.
Y al llegar el sueño,
libre ya de trajes
y palabras con encajes,
desnudo en el lecho, celebro
un nuevo día superado.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Foreing Office

Trabajo en una oficina
dentro de un palacio pinturero
con dos caballeros;
el uno habla y respira,
el otro tiene el perchero
en una caja sin letrero;
el vivo se llama Jose
y el muerto se desconoce.

Compañero tizón,
de Guinea y español,
árbitro y catequista,
del Bilbao athletic seguidor,
el penúltimo franquista vivo
que resta en la Administración.










Tiene nombre de conquistador,
actor barítono por mensajería,
músico de gran paquetería,
toca la quena con andino primor,
por eso conoce el vuelo del cóndor,
mientras afina las melodías
para que viajen por avión.

Atlético delfín,
arrastrando olas
por la cinta sin fin,
abriendo conchas
de papel y lacre,
siguiendo la marea
por donde el sueño navega
sabiendo que pronto nace.

















Palentino de cristalina
espadaña, palomar
de palabras bravías,
nidales repletos de hojas,
manos siempre dispuestas,
alma zurita risueña
que sabio siembra de letras.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Cá uno es cá uno y hace sus caunás


Como los escaramujos
tengo la vida violenta
y está el alma que revienta,
con un accesión de pujos:
son mis pensamientos brujos,
y si no los conocieran,
todos los que me los vieran,
me quitarán con enojos
las pestañas de los ojos.


- A nada atiendo,
responde la teniente,
que estoy hecha un ya se ve,
como un así me lo quiero.


Esto es proceder sin modo,
esto es arte de desgobernar
y esto, sin alborotar,
es echarlo a perder todo.


No merece otro premio
de mayor medra,
que llevarse la suma
de lo que cuenta.


Daros la razón en todo,
es justo que no os convenga,
y mas cuando vos tenéis
siempre la razón tan hecha.

Que entre por el albañal,
porque no es caso indecente,
el que yo al Príncipe iguale,
en entrar por donde sale
de noche el Presidente.

Melchor Fernández de León, de su comedia Cada cual con su cada cual (1793).