En la plaza de Tirso de Molina
una pintada sobre el hormigón reza
“la democracia apesta”,
y a fe mía que acierta
con tanta meada
regando las esquinas.
una pintada sobre el hormigón reza
“la democracia apesta”,
y a fe mía que acierta
con tanta meada
regando las esquinas.
Ni el agua ni las flores
que alegres la engalanan
pudieran aliviar y limpiar
tan lapidaria sentencia
ni enmascarar la perfumería
de letrina tan infecta.
que alegres la engalanan
pudieran aliviar y limpiar
tan lapidaria sentencia
ni enmascarar la perfumería
de letrina tan infecta.
Preside Tirso mercedario
desde pedestal elevado
tan castizo decorado,
la CNT la fachada coronando;
trasiego de yonquis y expresidiarios,
putas, macarras e indigentes alunados,
negros, chinos y tristes jubilados,
jipis vagabundos y guiris despistados
en busca del Madrid más enrrollado.
El metro debajo pasa bufando,
mientras me piden tabaco
muy educados, eslavos desocupados.
Compro en las escaleras
paraguas y mecheros,
desde pedestal elevado
tan castizo decorado,
la CNT la fachada coronando;
trasiego de yonquis y expresidiarios,
putas, macarras e indigentes alunados,
negros, chinos y tristes jubilados,
jipis vagabundos y guiris despistados
en busca del Madrid más enrrollado.
El metro debajo pasa bufando,
mientras me piden tabaco
muy educados, eslavos desocupados.
Compro en las escaleras
paraguas y mecheros,
pañuelos que nunca estreno.
Centro de la moda madrileña,
urinario del planeta marginado.
De nuevo Apolo teatro,
entre Lavapiés y Embajadores platea,
mira Tirso ahora de soslayo:
burlador de Sevilla fuera
de dios tan inspirado,
hoy convidado de piedra
de elenco tan despiadado.
Centro de la moda madrileña,
urinario del planeta marginado.
De nuevo Apolo teatro,
entre Lavapiés y Embajadores platea,
mira Tirso ahora de soslayo:
burlador de Sevilla fuera
de dios tan inspirado,
hoy convidado de piedra
de elenco tan despiadado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario