el ruso,
español y moldavo,
tovarich, mi hermano.
El último, el más puro
bolchevique de todos
cuantos han militado.
Alcaraván estepario,
bárbaro minotauro,
ilustrador de laberintos,
entre muros confinado.
Yo he sido testigo
de tus milagros;
sobre el liso y vacío abismo
el infierno ibas desentrañando;
¡qué hermosas puertas
pintaste para el diablo!.
Arturo, hermano,
el único bolcheviqueque pinta santos,
estaciones, trenes y carros,
muros, cartones y escenarios.
Cuántos ratos fumados, beodos,
huérfanos de maestros sinceros,
brindamos por Malevich, por Filónov
y tantos otros artistas amados.
No seré yo
quien haga el adagio
en esta emputecida estepa
del más revolucionario,
habiendo hecho
tú del lienzo sudario,
Arturo, mi hermano.
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