Si curioso o por interés
saber quisieras
mi ocupación más certera,
decirte pudiera
de mejor manera
que siempre acabé
como el guacamayo
del maestro Vatel,
sacrificado por aliviar
con su sangre y vida
la gota del exceso
que hace siempre preso
al que manda sobre él,
salvando así amor sincero
de trance tan cruel .
querido loro...
ResponderEliminar