Deslumbra Bulgaria
cuando llegas desde el cielo,
las cúpulas de Sofía,
verde y dorado espejo,
y allí nos esperaban Emil y María.
Boda zíngara
en la galiana
de la capital,
a la salida,
camino de Rila.
Entre apretados bosques,
monasterio, aula y santuario,
al cuidado de popes silentes,
jipis de negro sudario
sobre torrenteras transparentes.y calles empinadas,
arbotantes de un tiempo pretérito
que quedó suspendido
en casas al filo del tajo asomadas.
Arbanassi, discreta iglesia
de interior resplandeciente,
ortodoxa Sixtina,
icono continuo y abigarrado
de beatos, santos y reyes.
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