lunes, 26 de diciembre de 2011
Rústico compendio (II)
He escrito en esta tierra las páginas
y ripios más desolados y enamorados,
de los hombres y mujeres afanados
y de los sinvergüenzas más descarados;
he sido discreto en el trato
y constante en la porfía,
igual que apasionado en mis postulados,
sin esconderme cuando proclamo
cualquiera de mis enunciados.
He conocido a hombres y mujeres
abnegados y de corazón ensanchado,
he tropezado también con mujeres
y hombres ruines y malvados.
He sido albañil del laberinto
para el minotauro aprisionado,
he bailado con lobos alobados
y vampiros de corazón desgarrado,
he trazado los más bellos signos
con los renglones torcidos
que el cruel Dios tiene asignados.
Donde había una ruina he levantado
taller, aula, invernadero y andamio,
donde una escombrera, una ribera, un camino,
árboles de todas las clases y tamaños
al tresbolillo y a porrillo he plantado.
He dado cuando he tenido y podido
a quien me lo ha pedido,
y he ofrecido sin pedir nada a cambio,
y hasta alguno hoy es más rico
gracias a mis documentados servicios.
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