sábado, 27 de febrero de 2010

Ripios del corregidor



Cuando la limpia mañana veas
por una nube enturbiada,
no lo dudes, es la nada
alumbrada por las teas
en el vuelo sin motor
de un señor
corregidor.

Cuantos desiertos recorras,
cuantas más arenas cribes,
nada más yermo describes
ni palabras más ceporras
que el inútil voceador
del señor
corregidor.

Cuando te duela el sonido
de los más preciados sueños
a los vientos perdidos,
no pongas ningún empeño,
son faenas de matador
de cierto
corregidor.


Cuando un chulo te patea
apoyado en un bastón,
el Estado por blasón
y la vista en la platea,
ten siempre mucho temor
al señor
corregidor.

Cuando los hombre mayores
su fanatismo incrementan
por creer lo que inventan
y endosarlo al por mayor,
se acerca devorador
todo un
corregidor.

Cuando los años pasen
y las canas celebremos
los pesebres no veremos
donde mansamente pacen
las ideas de gran valor
del dicho
corregidor.


Volvamos a nuestra historia,
hagamos nuestro quehacer
y dejemos en su noria
a los burros del poder
pastando su pensión al peor
señor
corregidor.

Cuando los pajarillos canten
y las nubes se levanten,
sobre el casco del minero
diremos al compañero
que el inhumano rencor
ya no
es corregidor.


Tributo a F. J. C. A. y al origen vicerreptor de los ripios.

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