sábado, 14 de mayo de 2011

Ventanilla única municipal

Ay, ay, ay,
que el alcalde
viene a por mí.
Ha colgado un cartel:
“si te trinco,
te vas a reír de mí”.








Huy, huy, huy,
que el alcalde
se pone a pedir.
Afloja la bolsa
o en la lista
vas a salir.

Tate, tate, tate,
que el alcalde
quiere rifi rafe.
Que se compre un tití
y se ponga a discutir
con laude, su prima o Maitín.












Papo, papo, papo,
que el alcalde
se arranca bufando,
cada vez que abre
la boca de sapo.

Anda, venga, vale,
que el alcalde
aspira a ser recordado
como el edil más encrespado
de todos cuantos han gobernado.












Venga, toma, dame,
hasta aquí el derrame
con su dialéctica de capo,
sus esbirros desbocados,
y el ciudadano vilipendiado.

Hoy me planto y digo,
directo, a la cara,
con la frente despejada
y la calva prolongada:
no hay breva que por primera
mudar quisiera en higo
que yo no pelara
antes de morderla.

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