sábado, 5 de noviembre de 2011

Catulinaria (XLII)














¡Vecinos de Valdeavero, uníos
y acudid!, ¡todos a ellos!
Unos estafadores que no tienen vergüenza
nos están tomando a cachondeo. Dicen
que no van a devolver sus actas de concejales,
otorgadas por el pueblo. ¿Lo vamos a permitir?
¡A por ellos ahora mismo, a reclamárselas!
¿Que quiénes son? Los que estáis viendo venir
indecentes, teatrales, con repulsiva
risa en sus hocicos de perros sarnosos.
Rodeadles ahora mismo y reclamadles:
“¡Sucios traidores, devolvednos las actas,
devolvednos las actas, sucios traidores!”
¿Que os da igual, decís? ¡Basura, sois
más despreciables que la mierda seca y, si existe
algo más depravado, eso os llamaremos!
Pero no hemos de darnos por vencidos,
les sacaremos los colores, aunque tengan
la jeta de hierro y más morro que espalda.
Gritemos juntos otra vez en voz más alta:
“¡Sucios traidores, devolvednos las actas,
devolvednos las actas, sucios traidores!”
De poco nos vale. Ni se conmueven.
Hay que cambiar de táctica y de tono
a ver si así sacamos más provecho:
“Probas Hijas y Gran Hermano de Valdeavero,
devolvednos las actas”.

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