miércoles, 11 de enero de 2012

Rústico compendio (IV)






















Ocho años asilvestrado
me tienen avispado
con la adrenalina encima,
siendo yo todo este rato
vuestra presa favorita
con la que entretener la criminal
batida disfrazada de ideología.
Ahora en gavilán reencarnado
cazo toda clase de pajarracos
que se posen en mi piscina
o fíen su porfía en olisquear mi rastro.

Se acabó la rutina de aguantar quina,
practicaré ahora como modalidad
la mía en el ejercicio de la cacería,
que si objetor fui un día
a un ejército sin constitucional disciplina
por la democrática voluntad de la ciudadanía,
de entre las cosas que llevo aprendidas
es a disparar con armas
de todo calibre y tracería,
cortas y largas, automáticas
o las antiguas de avancarga,
como responsable que he sido
de un campo de tiro.

¿Sabéis lo que barrunto, recua
de carontes resentidos,
alumbrados de mil rufas
y cincuenta padrinos?
que paso, que me reciclo
y cambio de registro,
que mi hogar ahora decido
sea dacha y retiro,
y lo que a Senén os digo:
que os den si no
os han dado, pervertidos.
Catulo y otros autores amados
me alegren cada partida y envido,
vuelo libre a un otero
con cigüeñas en los tejados,
que glosara mi admirado Valdecebro
en su bestiario, y a otro galgo
con vuestros huesos corrompidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario