domingo, 2 de mayo de 2010

Aleluyas finas de las gloriosas hazañas y desvelos de Juan Martín Díez, El Empecinado

by Emo
Capítulo I

¡Deténganse los presurosos,
atiendan los menesterosos,
oigan y aprendan los despabilados
de un glorioso militar guerrillero,
después de doscientos años,
de su vida y sus hazañas,
la gallardía de hombre verdadero,
que por eso el pueblo,
todavía las recuerda y las canta!

Juan Martín Díez,
El Empecinado,
nuestro ilustre ciudadano,
soldado de España
y del pueblo soberano,
por un rey felón traicionado.
Nace nuestro héroe recordado
en un pequeño pueblo
del Valladolid castellano,
Castrillo de Duero,
septiembre de 1775 el año
y al quinto día bautizado,
hijo de labrador acomodado.

Empecinado es mote,
pues allí llaman pecinas
a los charcos
de aguas con barro
oscuro y cenagoso
del río Botijas
que el valle recorre.

Entra combatiendo en quintas
la revolución francesa regicida,
y su carrera de militar continuaría
en las campañas del Rosellón gabacho
entre 1793 y 1795, aplicado
como lancero de caballería,
siendo por su arrojo y valentía nombrado
ordenanza del General Ricardos.


Regresa al pueblo veterano
y allí se dedica a la agricultura
zapatero, viñador y labrador,
con su quehacer y rutina
y hasta recaudador de primicias
e impuestos del duque de Osuna.

En 1796 marida
con Catalina de la Fuente,
moza de Fuentecén,
villa de Burgos, próxima
a la comarca arandina,
y allí se instala hasta 1808,
fecha del desastre y del horror.
(continuará)

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