viernes, 25 de junio de 2010

Aleluyas finas de las gloriosas hazañas y desvelos de Juan Martín Díez, El Empecinado

by Emo

Capítulo VI

Camino del patíbulo,
el 19 de agosto de 1825,
rompe sus cadenas
y los guardias con las bayonetas
lo ensartan y muerto lo dejan
y aun cadáver lo suben al cadalso
y de una soga yermo,
sin vida, lo cuelgan.

Es enterrado en una fosa
sin féretro que lo contenga
en la tierra burgalesa de Roa
con treinta carretas
de piedras y tierra.

Su vida y ejemplo
el pueblo recuerda
y en Burgos un monumento
por suscripción popular
desde 1856 se alza,
junto a sus restos
que allí descansan y quedan.

Benito Pérez Galdós
dedica a militar tan afamado
uno de sus Episodios Nacionales
más celebrados y apasionados.
En Alcalá de Henares,
un monumento y calle
también lo celebra
por su lance valiente,
librándola en mayo de 1813
de la ocupación francesa
en el puente de Zulema.
En 1823 los absolutistas lo derribarían
y en 1879 otro hermoso se eleva,
que ha llegado hasta nuestros días.

El valeroso Empecinado
consiguió en la gesta complutense
la Laureada de San Fernando,
por orden del mismo monarca sedicente
que años después le condenara a muerte.

¡Larga gloria a ti, Empecinado!,
liberal, militar, español,
guerrillero implacable y feroz
contra el cruel francés opresor,
ciudadano leal a la Constitución,
hombre de fe y honor,
retratado por Goya
en sublime lienzo
con rojo y oro
de inimitable primor,
que hoy admiran en un museo nipón
como a un samurái español.

(Y Fin)

No hay comentarios:

Publicar un comentario