viernes, 31 de julio de 2009

Mito de perros


Los hombres hacían sufrir mucho a los perros, y éstos decidieron enviar su queja a Tláloc. Eligieron a un valiente mensajero y le entregaron la carta. Como el mensajero tenía que defenderse en el camino, no la podía llevar en el hocico. Hicieron rollo la carta y se la guardaron en el culo.
El perro mensajero jamás volvió. Ya los perros no saben cómo era. Ahora todos se revisan el culo cuando se encuentran, en busca de la contestación del dios.
Nahuas de Zongolica, Veracruz (México), en
Una vieja historia de la mierda, de Alfredo López Austin. Ed. Toledo. México. 1988.

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